Fundado en el siglo 17 por los Colonos franceses, Saint-Louis fue la capital de Africa occidental francesa hasta el año 1920, la capital de Senegal hasta el año 1957 y la de Mauritania hasta el año 1960.
Puerta oceánica de Africaoccidental, primer mostrador francés en la costa atlántica de África en 1659, la isla de Saint-Louis fue un centro importante para los negociantes europeos que subían el río durante años en búsqueda de esclavos, pero también de goma arábica, de oro, de piel y de otros productos. Constituyendo un paisaje único, este minúsculo trozo de tierra, metido entre los dos brazos de la boquilla del río de Senegal, goza de un medioambiente excepcional.
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Si UNESCO decidió en diciembre del 2000 de inscribir este lugar en la lista de patrimonio mundial, es por los siguientes motivos:
Por una parte, la ciudad histórica de Saint-Louis es testigo de un importante intercambio de valores y también influenció en el desarrollo de la educación, de la cultura, de la arquitectura, del oficio y de los servicios en una gran parte de África occidental.
Por otro lado, la isla de Saint-Louis, antigua capital de África occidental, es un destacable ejemplo de
ciudad colonial, caracterizada por un particular marco natural, e ilustra el desarrollo del gobierno colonial
en la región
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